Un adiós consciente
Revelaciones, revelaciones y más revelaciones.
El camino de la vida humana es toda una encrucijada que has de vivir intensamente, y con una capacidad extraordinaria de visión única y personal.
Hoy, estoy aquí, para despedirme. Para girar y dar un volantazo hacia un destino que no conozco ni tampoco me interesa conocer. Ese deseo pertenecería a la trampa del tiempo, y yo ya no juego ni alimento labores de lagartos.
Dejo las terapias, el entrenamiento personal y el autodescubrimiento. No quiero seguir descubriendo lo que no soy: una trampa mortal, un salvador, un rescate a tiempo, una mentira inoculada de los que necesitan de una fuente infinita a través de la vida de otros.
Se acabó.
Finalizó mi partida en este campo.
Me voy.
Digo adiós y no sé a quién o a qué...pero adiós.
Abandono no desde el miedo o la pérdida, sino desde la consciencia de una ganancia mayor de lo que jamás pueda expresar con palabras.
Miro y observo todos estos años de lucha, desafíos y sanaciones y sólo me encuentro una pequeña parte de mí, más no la completa, no la verdadera esencia de mi ser.
Nisiquiera mis enemigos supieron quién era ni quién soy en estos momentos de cansancio y desidia. No necesitaban saberlo...aunque temblaran y no supieran porqué.
Ahora sí que sí.
Adiós a vuestro mundo. Dejo la cloaca del reptil, y permito que todo se resuelva por sí mismo. Sin hacer nada, sin decir nada, vuestros ataques se convierten en los más oscuros y fuertes de mi camino de desvelo, pero no he terminado.
El decir adiós no implica bajar la guardia de luz, sino aumentarla.
Bendigo cada uno de los obstáculos que habeis mostrado y puesto en mi sendero durante toda mi vida...no sólo estos últimos 7 años infernales. De infierno.
He caminado con vosotros bajo fuegos que cualquier ser humano ingenuo e inocente no podría haber pisado ni en sus peores pesadillas. Pero el secreto entre vosotros y yo, es que sabemos perfectamente que yo no soy humana, aunque AME locamente este precioso y único planeta.
Un planeta que se ha convertido en nuestra madre y maestra, y que vosotros no habeis respetado ni un sólo segundo del tiempo que os disteis.
El último disfraz de vuestras letales intenciones ha sido el mejor. Un disfraz que mi alma y mi ser rechazó desde el primer segundo que se me presentó, y que poco a poco, fue siendo desvelado con tanta fuerza y claridad.
No importa que nadie sepa dónde ni a través de quiénes hablais y vivís, no es trascendente. Vuestra batalla ha sido derrotada por las fuerzas de la luz, y jamás de los jamases podreis corromper mi alma pura y brillante.
La Humanidad no es vuestro experimento ni el nuestro...es dios cantando la canción que no quisimos escuchar y que tanto necesitábamos.
El amor que me ha brindado este planeta es el mejor regalo que yo pueda llevarme de aquí...este planeta es un triunfo por sí mismo. NADIE LE HA REGALADO NADA. Nadie.
Deseabais hacerme daño, y lo conseguísteis.
Hicistéis que creyera que era mi final...pero es un final vuestro, no mío.
Cuánto más duro es el ataque de un animal herido, es porque el miedo lo invade.
Vuestro miedo es tan transparente que no me queda nada más que hacer que enviaros luz y amor.
Eso es lo que deseo para mi nuevo camino: luz y amor.
Y eso es lo que obtendreis cuando os rindais, cuando se acabe vuestra esclavitud. La vuestra propia.
Cuando dejeis de torturar a la luz de vuestra más profunda esencia...hallareis lo que jamás imaginasteis encontrar.
Os cansareis. Os agotareis tanto...que lo que creeis ser, se fagocitará a sí mismo. Y la semilla dorada renacerá.
Yo os perdono con todo mi ser.
Perdono cada una de las atrocidades que habeis cometido a millones de seres humanos, y no sólo a estos.
Perdono cada uno de los robos álmicos que producís en almas ingenuas e ignorantes de sí mismas.
Perdono cada gota de sangre que habeis necesitado para encontrar vuestra propia esencia.
Perdono cada uno de los ataques electromagnéticos y tecnológicos que habeis utilizado para experimentar vuestro propio sufrimiento interno.
Perdono vuestra astucia sucia y soberbia.
Perdono cada acto inconsciente que habeis realizado para cualquier ser.
Os perdono profunda y verdaderamente, porque llegará un día en que no podreis perdonaros a vosotros mismos, no podreis porque vuestra conciencia, que la teneis porque yo la creo con mi amor, que es lo único que siento ser y que siento que sois, no os lo permitirá. Más yo os habré perdonado hace tiempo de ello.
Donde quiera que vayais...no habrá abismo, sólo luz y amor.
Y yo renaceré donde mi amor puro me envíe.
La vida no acaba donde el cuerpo perece. La vida termina donde no podemos perdonar.
Y yo, os perdono, por todo. Por todo lo que tengais que ser perdonados.
Bendigo a todas las personas que me maldijeron en mi camino, porque siento y sé que necesitaban el amor, de alguna manera.
No hablo desde el sacrificio personal ni desde la sumisión del alma, sino desde la visión mágica del corazón inocente.
Gracias a todas las personas que me han permitido ayudarles de la forma que fuera. Gracias por todos los desafíos y las pruebas. Sólo he de apuntar una cosa: me siento plenamente orgullosa de mí misma y de quién soy, y no permitiré que nadie ni nada me hunda ni me arrincone en las esquinas de la oscuridad y del miedo.
Yo sigo de pie y altiva. Altiva de alma, altiva de SER. Altiva como mis ángeles guardianes: los leones blancos de Pléyades y todos mis hermanos felinos que me acompañan desde siempre. Vida tras vida.
Altiva porque sí. Altiva porque ÉSA ES MI NATURALEZA, no mi ego.
Mi luz es intocable, indestructible. Eterna. Y nadie puede ofenderla, por mucho que lo hayais intentado.
En mi familia, mi verdadera familia hay una máxima: "Todo el mundo es un reptil usurpador hasta que demuestre lo contrario".
Pues eso. Prestad atención en dónde estais y con quién estais.
El mundo de la terapia está infestado de usurpadores y de tramposos. Y tiene una lógica espiritual que debeis descubrir vosotros mismos.
Quitadle el velo a los mejores disfraces...y os sorprendereis.
Todo tiene una lección fantástica y poderosa. Y ésa lección es, como dijo mi buen amigo Enrique Barrios:
"NO HAY MÁS DIOS QUE YO".
El camino de la vida humana es toda una encrucijada que has de vivir intensamente, y con una capacidad extraordinaria de visión única y personal.
Hoy, estoy aquí, para despedirme. Para girar y dar un volantazo hacia un destino que no conozco ni tampoco me interesa conocer. Ese deseo pertenecería a la trampa del tiempo, y yo ya no juego ni alimento labores de lagartos.
Dejo las terapias, el entrenamiento personal y el autodescubrimiento. No quiero seguir descubriendo lo que no soy: una trampa mortal, un salvador, un rescate a tiempo, una mentira inoculada de los que necesitan de una fuente infinita a través de la vida de otros.
Se acabó.
Finalizó mi partida en este campo.
Me voy.
Digo adiós y no sé a quién o a qué...pero adiós.
Abandono no desde el miedo o la pérdida, sino desde la consciencia de una ganancia mayor de lo que jamás pueda expresar con palabras.
Miro y observo todos estos años de lucha, desafíos y sanaciones y sólo me encuentro una pequeña parte de mí, más no la completa, no la verdadera esencia de mi ser.
Nisiquiera mis enemigos supieron quién era ni quién soy en estos momentos de cansancio y desidia. No necesitaban saberlo...aunque temblaran y no supieran porqué.
Ahora sí que sí.
Adiós a vuestro mundo. Dejo la cloaca del reptil, y permito que todo se resuelva por sí mismo. Sin hacer nada, sin decir nada, vuestros ataques se convierten en los más oscuros y fuertes de mi camino de desvelo, pero no he terminado.
El decir adiós no implica bajar la guardia de luz, sino aumentarla.
Bendigo cada uno de los obstáculos que habeis mostrado y puesto en mi sendero durante toda mi vida...no sólo estos últimos 7 años infernales. De infierno.
He caminado con vosotros bajo fuegos que cualquier ser humano ingenuo e inocente no podría haber pisado ni en sus peores pesadillas. Pero el secreto entre vosotros y yo, es que sabemos perfectamente que yo no soy humana, aunque AME locamente este precioso y único planeta.
Un planeta que se ha convertido en nuestra madre y maestra, y que vosotros no habeis respetado ni un sólo segundo del tiempo que os disteis.
El último disfraz de vuestras letales intenciones ha sido el mejor. Un disfraz que mi alma y mi ser rechazó desde el primer segundo que se me presentó, y que poco a poco, fue siendo desvelado con tanta fuerza y claridad.
No importa que nadie sepa dónde ni a través de quiénes hablais y vivís, no es trascendente. Vuestra batalla ha sido derrotada por las fuerzas de la luz, y jamás de los jamases podreis corromper mi alma pura y brillante.
La Humanidad no es vuestro experimento ni el nuestro...es dios cantando la canción que no quisimos escuchar y que tanto necesitábamos.
El amor que me ha brindado este planeta es el mejor regalo que yo pueda llevarme de aquí...este planeta es un triunfo por sí mismo. NADIE LE HA REGALADO NADA. Nadie.
Deseabais hacerme daño, y lo conseguísteis.
Hicistéis que creyera que era mi final...pero es un final vuestro, no mío.
Cuánto más duro es el ataque de un animal herido, es porque el miedo lo invade.
Vuestro miedo es tan transparente que no me queda nada más que hacer que enviaros luz y amor.
Eso es lo que deseo para mi nuevo camino: luz y amor.
Y eso es lo que obtendreis cuando os rindais, cuando se acabe vuestra esclavitud. La vuestra propia.
Cuando dejeis de torturar a la luz de vuestra más profunda esencia...hallareis lo que jamás imaginasteis encontrar.
Os cansareis. Os agotareis tanto...que lo que creeis ser, se fagocitará a sí mismo. Y la semilla dorada renacerá.
Yo os perdono con todo mi ser.
Perdono cada una de las atrocidades que habeis cometido a millones de seres humanos, y no sólo a estos.
Perdono cada uno de los robos álmicos que producís en almas ingenuas e ignorantes de sí mismas.
Perdono cada gota de sangre que habeis necesitado para encontrar vuestra propia esencia.
Perdono cada uno de los ataques electromagnéticos y tecnológicos que habeis utilizado para experimentar vuestro propio sufrimiento interno.
Perdono vuestra astucia sucia y soberbia.
Perdono cada acto inconsciente que habeis realizado para cualquier ser.
Os perdono profunda y verdaderamente, porque llegará un día en que no podreis perdonaros a vosotros mismos, no podreis porque vuestra conciencia, que la teneis porque yo la creo con mi amor, que es lo único que siento ser y que siento que sois, no os lo permitirá. Más yo os habré perdonado hace tiempo de ello.
Donde quiera que vayais...no habrá abismo, sólo luz y amor.
Y yo renaceré donde mi amor puro me envíe.
La vida no acaba donde el cuerpo perece. La vida termina donde no podemos perdonar.
Y yo, os perdono, por todo. Por todo lo que tengais que ser perdonados.
Bendigo a todas las personas que me maldijeron en mi camino, porque siento y sé que necesitaban el amor, de alguna manera.
No hablo desde el sacrificio personal ni desde la sumisión del alma, sino desde la visión mágica del corazón inocente.
Gracias a todas las personas que me han permitido ayudarles de la forma que fuera. Gracias por todos los desafíos y las pruebas. Sólo he de apuntar una cosa: me siento plenamente orgullosa de mí misma y de quién soy, y no permitiré que nadie ni nada me hunda ni me arrincone en las esquinas de la oscuridad y del miedo.
Yo sigo de pie y altiva. Altiva de alma, altiva de SER. Altiva como mis ángeles guardianes: los leones blancos de Pléyades y todos mis hermanos felinos que me acompañan desde siempre. Vida tras vida.
Altiva porque sí. Altiva porque ÉSA ES MI NATURALEZA, no mi ego.
Mi luz es intocable, indestructible. Eterna. Y nadie puede ofenderla, por mucho que lo hayais intentado.
En mi familia, mi verdadera familia hay una máxima: "Todo el mundo es un reptil usurpador hasta que demuestre lo contrario".
Pues eso. Prestad atención en dónde estais y con quién estais.
El mundo de la terapia está infestado de usurpadores y de tramposos. Y tiene una lógica espiritual que debeis descubrir vosotros mismos.
Quitadle el velo a los mejores disfraces...y os sorprendereis.
Todo tiene una lección fantástica y poderosa. Y ésa lección es, como dijo mi buen amigo Enrique Barrios:
"NO HAY MÁS DIOS QUE YO".
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